La mujer en la que me convertí
Amo la mujer en la que me convertí.
Amo cada cicatriz de mis batallas y cada cabello que hoy falta.
También amo el jovial espíritu de mercurio en la alineación astral de mis 44 junios.
Y ¿por qué no amar a la que fui ayer?
Ella, mi refugio, mi armadura, mi camino.
Hoy navego en la divertida aventura de recuperar algunos de mis pedazos rotos.
Un guiño de poesía de mujer madura
y una copa de romance
donde el príncipe de los Grimm ha muerto.
Aquí estoy, como la valiente de siempre, arrancando las hojas del viejo cuaderno y reescribiendo la que vine a SER.
Para los griegos, un ser de "luz y resplandor", o “la mujer que da claridad” desde el latín,
y sin pizcas de vanidad, la "pariente de Dios" como relatan los hebreos.
Luz Eliam, 2021
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