A ti, que dudas en amar a una mujer libre

 


Si dudas en amar a una mujer libre,

tal vez aún llevas a cuestas la herencia de ‘patriarcar’ el amor.

¿Acaso eres incapaz de gozar al verla danzar, cantar y reír sin tu presencia?

¿Por qué no amarla en su libertad y domar tus vicios cargados de temor y de dolor?

Sé la nueva versión del masculino.

Esmérate por amarla libre y soberana,

por compartirte vulnerable,

¡Entrégate!

Confiado, seguro, decidido, protector

amoroso, sensible, empático, conectado.

¿Qué puedes perder?

Todo.

Perderás milenios de dominio sobre el femenino.

Y en ese vacío, te sumergirás en sus mieles.

Te rendirás… desde el amor.

Dejarás atrás amigos que no comprenden el embrujo que te atrapa, y sin temores,

te dejarás caer en los brazos y cuidados de esa bruja compañera.

Renunciarás a la desconfianza que pone en duda cada uno de sus pasos,

entenderás su camino, sus tiempos, sus espacios; y sin reclamos,

querrás caminar con ella, para no perderte su florecer y auto descubrirte mágico a su lado.

Desharás siglos de ansiedades y de esperas cuando eras dictado por tu verbo,

y escucharás a tu corazón donde el Todo conecta sus almas, fundidos en el gran Yo Soy.

¡¡Será más de lo que en siglos ha despertado el masculino!!


Soltarás al hombre que necesita ser amado,

y encontrarás la fuerza que se entrega sin rastros de mezquindad.

Confiarás en la caricia de sus ojos negros

y en el calor de su pecho al abrazar.

Llenarás cientos de tazas de café con sus gotas de dulzura, y bajo la lluvia,

gozarás de sus tiernas y cálidas picardías.

Te liberarás de la inútil machi-masculinidad que te aleja de ella,

y ganarás la partida.

Serás más tú cada día.

Porque ¡créeme!

Si una mujer libre pone sus ojos en ti,

Ha visto tu brillo bajo capas de ceniza antigua,

y soplará su mágico aliento para que vos

tengas la fuerza del renacimiento.


Si te decides a amarla hay un gran riesgo, te lo advierto.

No serás el mismo el día que decidas amar a una mujer libre.

Serás todo lo que vos ya eres, pero no te atreves.


Luz Eliam, 3 junio de 2022

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